jueves, mayo 24, 2007

EDUARDO. ESE EDUARDO

Porque en mis sueños apareces y desapareces, tanto como me da la gana.
Porque los muertos han de doler para siempre.

A él lo culpé muchas veces, por su muerte, aún hasta hace poco. Ya van cerca de veinte años, y todavía le pienso, y a veces todavía lloro. Ya dejé de creerlo culpable. Así quiso su vida, así la hizo, y así era posible morir. A ellos los culpé miles de veces, por el olvido, aún hasta hace poco. Con ellos, todavía lloro. Hay cosas por las que vale la pena morir. El pueblo, mejor, “la pobrería” , era para él, una de las causas por las que valía la pena hacerlo.

Eduardo, se llamaba. Yo tenía un año y algunos cuantos meses. Era de izquierda. Moirista. A su padre lo mataron en la mitad del siglo XX. Liberal, campesino. Lo mataron en la época de La Violencia, cuando las luchas partidistas eran cruentas. Tenía cinco hijos y una esposa. La abuela no sabía hacer nada, salvo tener hijos y estar en la casa. Eduardo era el mayor. A mi abuelo lo mató la política, y a mi padre, también. Cuando el abuelo se fue, doña Consejo aprendió enfermería, a las malas, sin ninguna visita a la universidad. A Eduardo le tocó ser el hombre de la casa, sí, tenía como diez años. Siempre he dicho, aún cuando nadie lo ha confirmado, que el amor de Eduardo por la izquierda, nace con el asesinato del abuelo. En fin. Eduardo amaba la izquierda, incluso más que su propia vida, y lo digo de esa forma, porque uno sólo está dispuesto a morir, por aquello que ama tanto como así mismo. El MOIR fue su partido. Estudiaba Ciencias Sociales en la Universidad de Caldas. De esos que en las huelgas tiraba piedras, si era necesario. A Riosucio llegó descalzo. Los descalzos era una política moirista en la que muchos “camaradas abandonaron las ciudades y se instalaron en los más estratégicos lugares del país, con el objetivo de servir a las masas, vincularse a su producción material, conocer y sopesar la importancia estratégica de zonas y poblaciones…” . Llegó sin conocer a nadie. Llegó donde el cura. Vaya contradicción. El izquierdista, bien izquierdista. El cura, bien cura. Fue su amigo, en últimas, y ahí vivió, en la Casa Cural. Amo Riosucio, y era huilense.

Se subía en una silla al lado del atrio. La gente salía de misa y lo escuchaba. La gente es chismosa por naturaleza, aunque lo nieguen. Convenció a muchos. En el ochenta convocó a un paro contra la CHEC –Central Hidroeléctrica de Caldas, por alzas en la energía riosuceña. Marcharon por las calles del pueblo, hasta cuando apareció la policía. Entonces todo fue caos. Dos muertos. Varios heridos. Los muertos no eran manifestantes. Era gente que salió a mirar. Los precios bajaron. De algo sirvieron los muertos, aunque duelan. Inició un barrio social, Primero de Mayo. Lo fundaron, lo aplanaron, lo dividieron. Hasta ahí llegó él. Ahora, Barrio Eduardo Quintero. Todas las casas hechas, pintadas, terminadas. Fue concejal. Varias veces. Tenía un periódico, Página Uno, aunque nunca pudo poner su nombre. Una papelería, La Pola. A veces voy por la calle y me encuentro personas que me lo recuerdan. “¿Ahh, tu eres la hija de Eduardo?”. Si les digo, y luego dicen cosas bonitas. Muchos lo querían, y el pueblo de Riosucio, lo quería. También había gente que lo odiaba, es normal.¿ A qué político le gusta que le hagan oposición, y más, en un pueblo tan pequeño?. En el concejo municipal todavía está su foto. Qué ironía. ‘Concejales muertos’. Sigo pensando que es una ironía. Las cosas son como son, y punto. En el 85 lo amenazaron y se fue de Riosucio, escondido. No le dijo a nadie, ni a mi madre. Fueron novios ocho años. Fueron esposos, tres y unos meses. A ella, cuando eran estudiantes, la llevaba a vender periódicos. Tribuna Roja, el periódico del MOIR. Ella no. De hecho, ni izquierdista, ni moirista, ni derechista, ni nada. Entonces le dijo, ‘Usted por allá, yo por acá. Nos vemos en una hora’. Ella se quedó sentada, y cuando Eduardo llegó, estaban los mismos veinte periódicos. Un año duraron peleados. No volvieron a hablar de política. Tema prohibido. A él lo metieron a la cárcel dos veces. Dos días y un mes, por el Estatuto de Seguridad. Salió a decirle a los campesinos que vendieran el café a otro precio, más alto, y no al que había que venderlo. En ese entonces, eso era prohibido. Es más, estar con varias personas, también lo era. Don de la palabra. Siempre que veo a Robledo en el senado, así, moviendo la mano, como la suelen mover, y con las palabras que usa, y con el tono, me acuerdo de Eduardo. Sí, me acuerdo. Yo inventé a un padre con todas las historias para tener a quién recordar. En últimas, todos hablan parecido. Siempre que veo a Robledo, siento nostalgia. Eso era lo que quería Eduardo, y lo que Robledo hace, era lo que quería Eduardo. Hablar. Denunciar. Criticar. Analizar el discurso. Luchar por el pueblo. En fin. Eso era lo que quería Eduardo, y no alcanzó, y no pudo. A él lo mataron. Es como cuando a alguien le cortan las alas, y eso duele. Al principio le echaba la culpa por su muerte. Ahora entiendo, que morir era una de las posibilidades, y él decidió aceptarlo. Era la causa. Es todo.

Lo mataron. Eso suele suceder. En estos regímenes políticos como el nuestro, el que no sirve, estorba. En Colombia hacer oposición es difícil. Unos políticos que han mantenido la hegemonía desde siempre. La izquierda no ha sido bienvenida en ningún lado. Es la oposición, y nadie quiere ceder el poder, y los otros no van a dejar de hacer oposición, así que la lucha es difícil, y a veces cruenta. No toda la izquierda es violenta, o corrupta, así como no toda la derecha es diplomática, o no violenta. En esas cosas hay de todo. A mi papá lo mató la derecha. Es simple. Sin embargo, a eso hay que sumarle que los mismos extremistas izquierdosos, los que han usado las armas, los que se han salido de la ideología, tampoco querían a todo aquello que fuera de izquierda, y no empuñara las armas. Así que Eduardo fue víctima del partidismo. Lo mataron por ser de izquierda, por hacer oposición, por decir cosas que no se debían decir, aunque Él estaba seguro que había que decirlo. En Colombia izquierda es sinónimo de guerrilla. Vaya equivocación. La derecha también mata, y también ha dejado niños huérfanos, y mujeres sin esposas, y gente desprotegida. La política ha sido en el país un eje importante en su historia, y la política, de cualquier parte que sea, ha dejado muertos. Sólo es una realidad.

Dos cosas me quedaron de Eduardo. Uno. En Colombia no vale la pena hacer política. No para mí. Yo no amo tanto a la gente, ni tanto a la política, como para arriesgarme a morir. Además, con un muerto en la familia es suficiente. En Colombia matan al que no dice las cosas que se deben decir, y eso es triste, y eso duele. La política es cruel, es dolorosa, es mentirosa. Algún día seré columnista de opinión y seguramente moriré por mis letras. Lo mismo, tal vez. La izquierda me parece interesante, y necesaria, en tanto oposición. No es más. Con Eduardo entendí que es importante, que el pueblo debería ser tenido en cuenta. Dos. Me gusta la izquierda, más que la derecha. No soy izquierdista, aunque suela parecerlo. No tengo el valor. Tengo miedo. La política no necesita de las armas, son más importantes las palabras. Lástima que con las palabras, cualquier cosa pueda suceder.

Varias cosas se fueron con Eduardo. Tal vez hubiese sido atea. No le tendría miedo a la gente, ni desconfianza, ni caminaría rezando el Ángel de la Guarda. No me habrían bautizado. No tendría que inventarme a diario un papá que me bese en las noches. Eso deja la guerra. Vacíos. Y la vida cambia, y cambia más de lo que uno se puede imaginar. Los muertos se desvanecen, pero el olvido, pero el recuerdo, son perpetuos. Ahora su muerte hace parte de mi historia, y de todos los que vengan en adelante. Muchos vacíos tengo, y eso duele, y eso dolerá. Se sigue viviendo, porque es justo seguir haciéndolo. Muchos vacíos tienen muchos, y eso les duele. Sólo una cosa sé. La venganza no debe hacerse con armas, porque es crear más venganza. Debe hacerse con ideas.

Eduardo murió cuando yo tenía más de un año, y a pesar de todo, de mis inventos, y de mis esfuerzos por pintarlo, el subconsciente sabe, que quiero por querer, por convicción, pero que la gente existe, si se conoce. Para mí nunca existió, y con eso, se carga toda la vida.

5 comentarios:

Chocolitto dijo...

Algo que no me gustó: "amo riosucio y era huilense". Lo cambiaría por amó Riosucio pese a ser Opita. Como dicce lucas Ahí perdona... PEÑA

Unknown dijo...

MONI.... PENDEJA ME HICISTE LLORAR, NO ME AYUDAS EN NADA CON LO QUE ME ESTÁ PASANDO.
NUNCA TE LO HE DICHO PERO ME ENCANTA LEERTE PORQUE NADIE ES TAN FRENTERO PA DAR IDEAS COMO VOS.
CHAITO
LINIS

Anónimo dijo...

Hola, Monica, Camila, Consejo,(por tu abuela)sigo en sintonia.
Cuando rasgas tu alma con recuerdos que no son recuerdos, sio simulaciones, duele, pero el dolor produce descanso.
Quienes conocimos a Eduardo, sabemos que tus construcciones imaginarias de el, son fiel reflejo de lo que fue. Un hombre de convicciones.
Si no hubiera muerto, no sabemos. Murio, y de su semilla ha nacido una hija con la misma fibra.
Gracias por recordarnos a Eduardo, al viejo Guaugua que en sus calles polvorientas nos vio crecer, abrazados por ls brisa del Tune y del Bache.
Crisalida en transito de mariposa, recibe un abrazo fortiiiisimo.
Juan Carrera

operacionindependencia dijo...

Hola.

No se que tan inoportuno sea con esta abrupta irrupción a tu espacio virtual. He leido el relato escrito sobre tu padre, y me ha parecido interesante entrar en contacto contigo para pedirte me autorices incorporarlo a un modesto blog Wordpress, en el que intento reconstruir aspectos históricos de Riosucio.
La historia de tu padre y de alguna forma ...no sé...la tuya....(no se si eres una poeta que cierto día...no se..creo que Aníbal Alzate en Riosucio me presentó tu trabajo através de una selección ganadora de algún concurso...no recuerdo...primero porque no tengo realmente mucho que ver con Riosucio, salvo por una investigación que desarrollé el año pasado..en fin)
Me gustaría conocer tu opinión, porque de ser así, el punto es que no solo nos quedáramos con tu relato sino que pudiéramos profundizar la trayectoria política de tu padre en Riosucio.
la dirección del blog del que te hablo es: www.carnavalriosucio.wordpress.com
que, aun cuando lleva este nombre --meramente circunscrito a la fiesta-, intenta entender la arqueología histórica de ese bello pueblo.
Me agradó mucho tu blog.
saludos.
diego.

operacionindependencia dijo...

Hola de nuevo Mónica.
Pues nada...con indeseado laconismo (tanto que decir‼)te doy mi correo: diegortizvallejo@gmail.com
...me intriga el título de tu blog, aun cuando pueda ser un título sin su significado estricto; porque en clave política serviría de maravilla para la fundación de un grupo de escraches al estilo de los hijos de las madres de mayo en Argentina.

saludos.
diego