martes, enero 22, 2008
.lm,.--..,,.--
Todo es distinto aquí. Las hojas de los árboles no caen. No. Suben. Es como si no hubiese fuerza de gravedad para las hojas, y en cambio, hubiese una parecida, desde arriba, que las hiciera subir, como una fuerza de las hojas, atractiva por demás. Y suben, casi a manera de vuelo, casi solitario. Se mueven suavemente, de izquierda a derecha, siempre hacia arriba. Y entonces el techo ya no es azul, es de hojas. Y el mundo inevitablemente se siente al revés.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario