miércoles, febrero 06, 2008

ENTREVISTA A CAMILA AVRIL

-Hace dos años.

Por Mónica Quintero

Somos una maraña de mundos y de voces interiores que a veces tienen nombre. Camila, tantas veces perturbándome la vida, tantas veces sacándome de la penuria. Tantas veces quitándome del medio, para aprovecharse de mi cuerpo y de mi cabeza. Tantas veces amándote. Tantas veces deseando que te marches para siempre. Cuánto te necesito, eso sólo lo sabremos las dos.


Mónica: ¿Agua o chocolate?
Camila: Eso depende. Agua para volver a pensar y chocolate para el frío.

M: Entonces agua.
C: Mejor chocolate.

M: ¿Cómo nació Camila?
C: Camila no ha nacido. Aparezco de vez en cuando, escribo unas cuantas palabras y voy a la muerte a dormir un poco.

M: ¿A la muerte?
C: Si. Ese es un secreto y un misterio, pero para cada momento, cada sentido. La muerte es muy importante para mí. Para usted también. Es algo que nos marca –y me marcó – para siempre. Él murió, mejor, lo mataron. Cortaron su vida y clavaron un cuchillo en mi corazón que me marcó para siempre. No veo la muerte como algo malo o triste. La muerte es muy bonita. Cuando la escribo me conecto con él. Cuando la vivo es sólo un misterio, pero ahí está su belleza. Eso lo entiendes más vos, Mónica, que cualquier otro.

M: ¿Quién es él?
C: Un fantasma que te atormenta y que amas con todo el corazón. Nunca me habla, ni contesta mis preguntas. Me mira simplemente. Creo que a veces me inspira. Hay momentos que le reprocho que se haya dejado ir. Lo invento todas las noches y su recuerdo es producto de los que lo vivieron. Yo lo conocí siendo un muerto, pero como un día le dije, papá eras, papá moriste y papá seguirás siendo. Insisto, eso lo entiendes más vos, Mónica, porque tú lo inventaste. Yo sólo te sigo y te copio y hago las veces de ti.

M: ¿No crees que si ya murió, hay que dejarlo ir?
C: Eso me lo han dicho muchas veces. A veces creo que sí, porque su presencia te atormenta. Confieso que algunas de mis lágrimas, y sobre todo de las tuyas, vienen con su nombre. Sin embargo, él es un pedazo de vida por el que vives, con el que vivo. Lo necesitas simplemente, aunque sea efímero y aunque a veces te duela. ¿Acaso la felicidad está sólo en los vivos? No lo creo. Él es tu invento y para lástima suya, tu recuerdo. Su olor desconocido, su mirada extraña y su voz son como el pan de cada día de una mujer que lo inventa cada noche, con la esperanza de que en la mañana siguiente vuelva a dejar de existir. Es tu invento, Mónica, yo sólo lo escribo.

M: ¿Te duele, todavía?
C: Ya no. No te duele, en realidad. Lo enterraste no hace mucho, pero ya lo miras bonito, por lo menos, ya le hablas a un muerto, y pese a que lo sigues inventando, porque Eduardo es sobre todo un personaje de tus escritos, ya le puedes dar besos.

M: ¿Qué es la poesía?
C: Una salida. Un poco de locura.

M: ¿Locura?
C: Si el mundo estuviera gobernado por locos poetas que mueren casi diario, entonces las guerras serían de letras y la sangre correría sólo en algunas calles inventadas. La locura es mirar el mundo, olerlo y sentarse a esperarlo.

M: ¿Qué aspira Camila Avril?
C: Nada. Mi única razón se llama Mónica. Quiero sacarla de ese mundo en el que a veces se mete y se muere, pero no es como mi muerte. Es una muerte dañina, que la ciega. Entonces aparezco y le doy vida. Mejor dicho, yo soy la luz en medio de la noche.

M: ¿El amor?
C: Lo conozco por ella. Está en su mirada y la palabra perfecta a la hora indicada. Lo he escuchado por algunos cuantos amigos. Lo he mirado por mis ojos. Lo he sentido por su muerte. Todavía lo espero. El amor es una película sin principio, ni final. Desconocido. Misterioso. Sin definición. A veces doloroso. Se tiene y punto. De todas formas, el día que se diga que es, se muere. El amor. No hay que dejársela montar.

M: ¿Quién es ella?
C: Todo y nada a la vez. Un préstamo de la vida. Los zapatos. La mirada. La sonrisa. Cualquier cosa. Sin definición. Es ella y él a la vez. El cordón umbilical a la vida. La culpable de su vida y de su muerte –la de Mónica. Todo y nada a la vez, simplemente.

M: ¿Quién es Mónica?
C: Ella y yo a la vez. Mónica quiere ser escritora. Yo quiero ser poeta. La diferencia está en que ella mira la vida y se enreda. Yo miro la muerte y soy feliz. Conmigo ella tiene vida y yo tengo vida por ella. Las mismas, diferentes y al fin y al cabo.

M:¿Qué te duele?
C: Q mi mamá y que mis amigos me lean poco.
-…. (continuará)

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