domingo, noviembre 18, 2007

AMOR EN LOS TIEMPOS DE MÓNICA

Mónica, Mónica, ¿qué decirte en estos tiempos tan raros e incluso superfluos por los que pasa esa vida que has armado? Tienes la culpa de cada uno de los hechos que ahora te suceden, porque, ¿quién más? Sí, estarás diciendo que todo empieza con su muerte, pero su muerte ya pasó hace 19 años y unos meses, así que si bien te marcó para siempre, no significa que todo lo demás sea por su causa. Creo, que todo empieza y termina con esa locura, a veces innecesaria, de querer ver todo al revés, todo distinto, de extremar cada cosa, cada hecho, cada situación. Dime, entonces, ¿qué te falta para hacer feliz? Sí miras, y sos un poco más centrada y más aterrizada, has de encontrar que lo tienes todo, por lo menos lo necesario, para ser feliz. Y sí, me contradigo, feliz es indefinible, pero seguí, por esta única ocasión, la convención. Así que lo demás es ese amor por complicarte, por complicarlo, por complicarse. ¿Qué es un poco duro? Lo mereces, y más de lo que crees, Mónica, porque si la tristeza te pega, es porque te da la gana, si eres infeliz, es porque te da la gana. Así de simple.

¿Qué decirte, Mónica, en estos tiempos rarísimos? Qué a veces sos más adulta de lo que quieres y menos niña de lo que ansías ser. El mundo no es tan difícil, es más bonito de lo que crees. Te falta amor, y es todo, y sobre todo de Mónica para Mónica, porque tu mamá te quiere, tu muerto te quiere, tu familia te quiere, tus amigos te quieren. Sólo que es difícil que el mundo te quiera cuando a tí te falta más de lo que los otros pueden dar. El amor viene por añadidura, Mónica. Más que pensarlo, viene cuando es, porque es y como tiene que ser. Olvida lo demás y olvida, sobre todo, todo lo anterior, que no vale la pena, ni lo valdrá mucho más de lo que a veces le implicas. Y te hablo de muchas clases de amor, incluso del que crees que te hace falta, aunque en realidad te faltan más de los que crees. Ya vendrá, Mónica, y no es paciencia, es disposición.

Mónica, Mónica, Mónica, aquí está Camila, de una vez y para siempre, incluso, a veces, más aterrizada que vos, lo que debería ser contrario, porque aquí la loca, por fortuna, soy yo, no vos. Nunca lo has sido, y quizás nunca lo serás, porque no te da la gana, porque te da miedo, porque te complicas demasiado.

Camila Avril, Carta a Mónica.

No hay comentarios.: