lunes, noviembre 19, 2007

EL HOMBRE DE LOS BARQUITOS

Cada que encuentro, mejor, que me encuentra una hoja, la cojo, la hago cuadrada, la convierto en barco. Sin embargo, no han sido muchas las hojas que me he encontrado y creo que no he llegado a cien barcos en mis 21 años de vida. No, no creo, estoy segura. Pues bien, encontré a un hombre, el hombre de los barquitos. A él, las hojas no lo encuentran, él busca las hojas, él encuentra las hojas, él necesita las hojas. Cuadros de hojas, que convierte en barquitos grandes y pequeños, blancos o azules, negros o rojos, multicolores incluso, eso depende de la hoja, de las hojitas, de las muchas hojas. Éste hombre hace flotas de más de 100 barcos por día, y los deja por ahí, en cualquier parte, en cualquier charco, en cualquier mesa, a veces, dice, para hacer feliz a alguien. Y yo me siento estúpida, no por los barcos, sino porque había cierto privilegio, mejor, cierta alegría con el barquito hecho una que otra vez, una que otra hoja. Y los barquitos son bonitos, y lo mejor, que la historia es distinta cada día. Cada flota.

Ella se imaginó un montón de barquitos flotando en una taza de café regada en la mesa del comedor, en mi mesa de comedor, en cualquier mesa. Los pronombres son relativos, al fin y al cabo. En cambio, yo, no puedo dejar de pensar en un poema de Jairo Aníbal Niño, cada que el hombre de los barquitos le regala uno a la pelirroja, que no es pelirroja, es más, odia sentirse pelirroja, que le diga pelirroja. Lo que pasa es que no entiende que los colores también son relativos, y que a veces se puede ver del color que se quiera, e incluso ser daltónico por tiempos. Yo la veo pelirroja, es todo, porque me da la gana, porque me suena a cuento de hada de mujer de cabello crespo, que ondea con el viento, pero es rojo. Tiene que ser rojo. En fin. Yo me armo un cuento muy distinto. El hombre de los barquitos encaja perfecto en los brazos de la pelirroja, y así como el poema, los barquitos llevan un montón de mensajes ocultos. En mi historia, tengo la impresión que el final va hacer bonito, de perdices, para ser más sincera. Va el poema, aunque acabo de recordar que son dos.

UNO. TE REGALÉ UN CARACOL
Te regalé un caracol el día de tu cumpleaños.
Cuando izaste la bandera te obsequié otro de color perla.
Una tarde, cuando me di cuenta de que estabas triste,
te mandé con mi hermana un caracol de las islas.
Hace alugnos días, te dejé una pareja de caracoles de río,
en el interior de tu pupitre.
Ayer estuve en tu casa y te llevé un caracol transparente,
tan bello y extraño
que parecía hecho de aire endurecido.
Sin embargo, tu madre se enfureció conmigo
y gritó que jamás quería volver a vernos
-ni a mí ni a los caracoles qeu te regalo a cada rato -.
Ella no comprende
que yo,
simplemente,
estaba haciendo una escalera de caracol
para llegar a tí.

DOS. NO BUSQUES MÁS TU CUADERNO DE GEOGRAFÍA
No busques más tu cuaderno de geografía.
Yo lo saqué de tu morral.
No quisiste ir a matiné conmigo,
el domingo pasado.
Mis amigos me contaron
que estabas en compañía de Bermúdez,
el grandote que practica la lucha libre.
Me contaron que estabas muy linda,
y que te reías a cada rato.
No busques más tu cuaderno de geografía.
Ahora que está lloviendo,
asómate a la ventana,
y verás pasar ochenta barquitos de papel.
No busques más tu cuaderno de geografía.
...

El hombre de los barquitos me hace pensar en un mar, y en ese mar, yo mando, y puedo ser feliz!!! Feliz es una palabra relativa, pero valga la convención.



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Ando buscando un poco de tiempo que me explique algunas cuantas historias que van pasando, día tras día, amor por amor, invento tras invento. Sin embargo, el tiempo es relativo, y explica como quiere, cuando quiere, como le conviene explicar. A veces contradice y envuelve en un reloj que gira al revés, que confunde, que hiere, incluso. El tiempo es relativo y hace lo que le da la gana. (Camila)
           

1 comentario:

Angel Plata dijo...

Me gustó mucho tu cuento del tiempo y me sentí identificado con el hasta la saciedad.

Hoy quisiera ver el cielo si los edificios me lo permiten

Angel Plata
Cazador de dragones y encantador de Sirenas

angelplata@yahoo.com