Porque el pasado ya pasó, sin darme cuenta, sin saber nada, sin saberlo. Posiblemente fue el fantasma, que se hizo real, y que fue distinto al fantasma inventado durante tantos años, alimentado durante tantos años, querido durante tantos años. Entonces el pasado fue posible y real, y se fue yendo, sin avisar, sin darme cuenta, sin saberlo. Ahora llega él y llegó yo. Ahora no está él, ni estoy yo. Ahora no sé nada de él, ni de mí. Ahora existe otro, y estoy otra.
El pasado es y será tanto como nos de la gana inventarlo, tanto como nos de la gana de tenerlo ahí.
lunes, agosto 06, 2007
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