martes, agosto 07, 2007

LAS HORAS

Los minutos palpitan uno por uno en mi cabeza. Todo pasa tan rápido, se acerca tan rápido, seré un muerto tan rápido. Lo que he hecho va pasando por mi cabeza una y otra vez, dos y una más. Los recuerdos. Las tristezas. Las sonrisas. Extraño todo eso, y más. Nada de eso, y menos. Los ojos me arden, están cansados. Mis manos escriben, están cansadas. La vida sigue, está cansada. Es monótona. Incluso yo, sigo siendo la misma. No he podido abandonarme, ni siquiera por una milésima de segundo, aunque no soy la misma, aunque no soy nadie, aunque no soy nada. Respiro hondo. No es nada. Las horas pasan una tras otra y yo las sigo, aunque ellas tienen una pared infinita, y yo tengo una pared, que se acerca, aunque tenga veinte, aunque no conozca el día, ni la hora, ni nada. Puede ser mañana, o en quince, pero vendrá. He enterrado a muchos, mejor, a unos cuántos. No duelen. Ya no. Muchos me han enterrado. No duele. Ya no. Estoy vacía, sola. Duele. Todavía.

Las horas pasan, una tras otra. Yo paso, una tras una.

No hay comentarios.: