jueves, octubre 04, 2007

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Se aparece como un fantasma en mi memoria, una y otra vez, cientos de veces e incluso muchísimas. Se aprovecha del vacío, del hueco mínusculo del corazón por donde se cuelan tantas tristezas, y es mínusculo, valga la aclaración. La cabeza tiene un estupor raro y una fuerza rara y un apretujon raro. Nada se entiende. Ningún hecho se entiende. He dormido más de lo habitual, chateado más de lo habitual, hecho cosas tontas más de lo habitual, como si fuera una medicina que evita pensar. Soy una idiota, lo sé, y eso duele más.

Se aparece como un fantasma y no sé como se saludan los fantasmas para que no asusten, ni hagan daño y pasen desapercibidos.

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